El día que apuntaste maneras
la cagaste querida amiga.
Fue entonces cuando te colgaron la obligaciones
y tu fuiste y te las creíste.
Ahora que se te han caído las peras
y se te ha podrido la ortiga,
tira del carro cargado de razones
o tus colgantes te reducirán a chiste.
Con la de esperanzas que habíamos puesto en tí
has resultado valer menos que un mono tití.
O espabilas o te veo enterrándote a tí misma bajo mierda.
(Mírala, no fue capaz ni de morirse sin molestar)
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