martes, 1 de junio de 2010

Creí que era mi día.

Me desperté apomazado más tarde de las tres de la tarde, valga la redundóntica redundancia.
El resacón me parapetaba el hambre mediante inicios de arcadas asquíticas con efluvios alcohólicos garrafánticos.
La lengua como la suela de un zapato.
Creo que si hubiera tenido fuerzas, me hubiera conseguido morir.
Me nos mal que mi padre es un fenómeno y me dejó una nota sobre mi escritorio que me alivió los síntomas mortuorios hasta conseguir niveles vitales algo más aceptables (los dieciocho vasos de agua que me bebí, las diez aspirinas y las cuatro horas de ducha fría también ayudaron).
La nota de mi padre me recordaba que hoy era mi día, con lo cual esperé emocionado a que volviera del trabajo, seguro que con mi regalito correspondiente.
Cuando llegó, le pregunté que qué me había comprado de regalo ya que me había dejado una nota diciendo: "es tu dia".
Me contestó, previo llamamiento de "capullo redomado", que dónde había aprendido a leer, que la nota no quería decir que era mi día, sino que lo que decía era:

¡¡¡ ESTUDIA !!!

Después de lo sucedido he corrido presto a contarlo en mi blog amarillo, ques lo que se lleva ahora porque cosas así no pasan todos los días por la tarde, bueno por la mañana tampoco.
Ya lo sé, soy un capullo redomado, por eso me puedo permitir contar estas cosas y reir, reir, reeeeeiiiiiiirrrrr.......

1 comentario:

  1. Por lo que voy leyendo... Un buen sentido del humor¡
    Se agradece la sonrisa.

    ResponderEliminar