El laboratorio, por mucho soborno que se ofrezca, y aquí somos muy de aceptar con la manita vuelta como por detrás de la espalda (genuino estilo egipcio), no puede camuflar, ni malversar, ni contradecir algunos resultados de análisis, tal y como el del que hoy nos ocupa, a saber:
Si verificamos que yo me tazo, él se taza, nosotros nos tazamos, vosotros os tazáis y éllos se tazan, tiene que ser por obligado y sin dudamiento que tú ......¡¡¡TETAZAS!!!
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Al final las tetas aparecen siempre por todos lados. Creo que era en álgebra (o algo así) donde estudiábamos la función de tetaedro.
ResponderEliminarEs que somos de un mamífero...
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