Me merezco todo lo que me pasa, lo bien que me vá, lo relajada que vivo, lo güena que estoy y todo el amor que me dan mis seres queridos y los obreros de la construcción.
No tengo gato ni perro, pero sí canario enjaulado, que es tan virguero el bicho, que hasta caga de lado.
El temor al soplapeo es lo que más anelo, fue en mis años de adolescencia cuando más tuve meneo y así me resultó más alabador cuando me quitaste el sujetador.
Nunca te volveré a olvidar, Carrasco, pues ya te olvidé para siempre ayer y no te puedo rescatar del recuerdo pues ya no existes en él.
Voy a buscar una foto bonita para la ocasión (que la pintan calva)...
¿Son albóndigas o son albondigones?
Si lo aciertas perderás los cojones...
