sábado, 20 de noviembre de 2010

LLEVANDO LOS HUEVOS AL AIRE...

...(continúo) te expones a que te los muerda un perro.
Si el susodicho perro es grande, el dolor provendrá de la presión producida por los músculos sus mandíbulas.
Si el perro es pequeño, el dolor será la suma de la presión producida por los músculos de sus mandíbulas y el peso propio del animal.
Vamos (explicación para los menos neuro-veloces) que si es un perro pequeño el que te atrinca los cojones el susodicho joputa perrito se te queda colgando de los mismos, duplicando el dolor bajoabdominal o elevándolo a intensidades descomunales y, además, le aplica balanceo.
Y todo, todo, todo esto con el típico GGGRRRRRRRR de los perritos falderos.

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