viernes, 8 de enero de 2010

CHORREONES MENTALES, AMARILLOS (CÓMO NO).


No sé si lo vienen observando. pero está claro que el cerebro nos chorréa.

Podemos dejarlo pasar, podemos proceder a su limpieza y posterior vertido de restos en contenedor apropiado o podemos prestarle la debida atención a este asunto.

Estos chorreones, muy lejos de consistir en un producto de expulsión de los desechos procedentes de una labor mental normal, son seguramente el fin en sí del existir cerebral: Para su elaboración son necesarios los pensamientos serios, las labores mentales mantenedoras de las constantes vitales, las funciones reguladas por el cerebro destinadas a la comunicación, a la motricidad y al sexo, y todo aquello para lo que pensamos que sirve el cerebro.

Será por esto que no prestamos atención a los chorreones mentales y tratamos de esconderlos, ignorarlos y negar su existencia.

Así pues, nace el presente chorreón mental como base de las nuevas teorías del pensamiento y filosofía humanos.

Bueno, luego sigo, que me toca la pastilla...

No hay comentarios:

Publicar un comentario