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Los hay que se parten el lomo durante años entrena que te entrena (suda que suda) y llegan a conseguir copas en competiciones deportivas de alto, medio y bajo nivel y/o internacionales, nacionales, locales, de barrio y de hogar.
Yo me esfuerzo menos o, mejor dicho (y con más sencillez) no me esfuerzo nada y voy y me pido las copas en los bares, me las bebo y las pago.
Existe una gama intermedia de aficionados que compiten borrachos y otra tanda de desalmados que se emborrachan compitiendo. Hay también quien compite sin pite y hay quien lo hace con más o menos gusto con respecto a lo que, en lenguaje llano, podemos llamar fruslería de bote.
Creo que lo he conseguido y en este, el informe de laboratorio de hoy, he conseguido no dar asco ni soltar expresiones malsonantes. He pasado el correstor hortográfico y parese que todo hestá vien.
Las fotos han pasado la revisión de la asociacíón nacional de decoro y bienparío en pro de la castidad global.
En fin, todo esto para que mi madre se sienta orgullosa de su perrita.
¿ Sabías que cuando se entrega la Copa del Rey al monarca le toca beber a morro ?. Mira que esto es triste, de veras.
ResponderEliminarExiste cierta leyenda urbana para con respecto a las copas de su majestad, que creo que le pega que da gusto (de ahí su cada vez más rojilla punta de nariz) que como además es invitado la mayor de las veces, pues no de digo ná.
ResponderEliminarEso sí, para el morrazo de la Copa del Rey siempre exige que le pongan cazalla de 120 grados, que desinfecta mejor y te dá un nosequé de pelotazo que te vas más alegre que triste pa casa (si es que la encuentras de vuelta...)